Peter Jackson nos invitaba a volver a la Tierra Media una última vez. #OneLastTime ha sido el slogan de la campaña publicitaria de la película. Y es que con este sexto filme basado en el mundo de Tolkien se cierra un ciclo de fantasía y aventuras que comenzó con La Comunidad del Anillo allá por 2001.
Esta tercera parte de El Hobbit ha sido una despedida un tanto agridulce. La Batalla de los Cinco Ejérictos es un filme bastante flojo en el que el argumento no da más de sí y por lo tanto sólo nos queda batalla, guerra, pelea, batalla, orcos, batalla y así durante más de dos horas.
No obstante, es una película bastante entretenida que comienza con mucha fuerza, con el dragón Smaug en su máximo esplendor y con una secuencia de acción trepidante.
Después de esto, el ritmo de la historia se ralentiza y se van sucediendo escenas con diálogos vacíos y desfiles de orcos, elfos y enanos por doquier.
Es lo que tiene hacer tres películas de una novela de fantasía que no llega a las 200 páginas.
El Hobbit es un libro muy entretenido y de fácil lectura, algo de lo que se resiente la trilogía de El Señor de los Anillos, unas novelas de ritmo más denso, pero que han tenido una adaptación perfecta al cine, cosa que no ha sucedido con El Hobbit.
Por supuesto, en La Batalla de los Cinco Ejércitos también hay escenas magistrales que indican que detrás de todo esto sigue habiendo un director tan bueno como lo es Peter Jackson. Aunque también es cierto que hay escenas en la que Jackson ha hecho lo que le ha dado la real gana, anteponiendo el humor a la credibilidad.
Aun así, se lo perdonamos. Está claro que con la trilogía de El Señor de los Anillos puso cuerpo y alma para llevarlas adelante y vaya que si lo consiguió: El Retorno del Rey es la película con más Oscars de la Historia junto a Titanic y Ben Hur y las tres películas juntas hacen de esta trilogía la más premiada de la Historia del Cine con una diferencia abismal.
Por eso, con esta trilogía de El Hobbit, se ha permitido el lujo de soltarse y hacer la película que le ha apetecido hacer. Sin olvidar por supuesto al espectador. Aun siendo más flojos estos tres últimos filmes no dejan de ser un espectáculo visual bastante entretenido.
En cuanto al tema del 3D HFR hay pros y contras. La sensación que tenía al estar viendo la película en este sistema es que la imagen iba en ocasiones demasiado rápido. Al estar rodada en 48 fps en lugar de 24, parece que va todo a cámara rápida, aunque esto sucede sólo en algunas escenas.
También es cierto que la imagen pierde esa "textura" de cine a la que estamos acostumbrados, cambiándola por una imagen más parecida a la televisión.
Sin embargo hay escenas de acción realmente espectaculares. La secuencia inicial con el dragón Smaug arrasando todo a su paso corta la respiración y cierta escena hacia el final de la película que tiene lugar en una zona helada es magistral también.
Además, este sistema tiene la ventaja de que el ojo se cansa menos, la imagen se ve más nítida y no acabas con dolor de cabeza después de dos horas y media con las gafas puestas. Por supuesto, el sistema tiene que mejorarse pero creo que están yendo por el buen camino.
Otro tema sería hablar del precio de la entrada para ver una película en 3D. Yo he tenido la suerte de ver La Batalla de los Cinco Ejércitos en Reino Unido y me ha salido la fiesta por tan sólo 4 libras con gafas incluidas. En este aspecto deberían aprender en España, donde las entradas rondan los 11 o 12 euros.
En definitiva,y volviendo al tema, El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos es un final algo flojo de una trilogía que no ha estado a la altura de El Señor de los Anillos, pero que siguen siendo películas entretenidas y espectaculares. Atrás quedan personajes, historias, escenas, frases y paisajes que ya están en nuestro recuerdo para siempre y que hacen de estas películas y de Peter Jackson un referente esencial en la Historia del Cine.