Review Glee: 2009 / Dreams come true (series finale)

Escrito por Antonio Ruiz (@AntonioRuizSan

Llegó el final. Glee ya es Historia de la Televisión. La serie dice adiós tras seis temporadas. Seis años de canciones, coreografías, de mash-up, de granizados en la cara, campeonatos de coro, embarazos adolescentes, llantos, risas, amistad, compañerismo, de aceptar al que es diferente, de nacimientos, de muertes, de actitudes de diva insoportable, de comportamientos psicópatas, de peleas, de reconciliaciones, de besos, de abrazos… La serie que se convirtió en fenómeno mundial, que barrió en audiencias, que alcanzó los número 1 de las listas de música, que arrasó en los Premios Emmys y en los Globos de Oro… Glee dice adiós.

Cuando Lea Michele llora, lloramos todos. Y es que ha habido una escena en especial, la última que rodaron, en que las emociones de Rachel traspasaban la pantalla. Pero dejemos el final para el final y empecemos por el principio.

Un principio que se remonta a 2009, nombre del penúltimo episodio y que ha sido la historia dentro de la historia. Los entresijos de aquel memorable episodio piloto, considerado uno de los mejores de la televisión. Este 6×12 nos ha contado lo que no vimos en aquel primer capítulo de la serie. El camino hacia ese Don’t stop believing.

Hemos asistido al inicio de la amistad entre Rachel y Kurt, al comienzo de la sana competitividad entre Mercedes y Rachel, de la verdadera amistad entre Artie y Tina. Hemos vuelto a ver granizados estrellados en la cara de los frikis. Hemos vuelto a sufrir sus humillaciones en los pasillos y en el comedor del instituto…

Este 2009 nos lleva de vuelta a ese año en el que Will estaba casado con Terri y acababa de decidir hacerse cargo del Glee Club. Hemos podido conocer las motivaciones de los personajes a entrar en ese club que cambiaría sus vidas. La razón de Rachel la sabíamos: disfrutaba estando en todos los clubs posibles y cantar era su vida. Kurt fue animado por su padre a entrar en algún grupo, ya que no tenía amigos.Mercedes, por su parte, tenía ganas de hacerse oír en un lugar en el que no terminaba de encajar y Tina y Artie desafiados por sus amigos góticos, quienes no dudan en tirarles a Kurt y Rachel comida por encima. La verdad es que la razón de Tina y Artie es un poco floja, pero el caso es que hacen en su casting hacen una magnífica actuación y convencen a Will de que merecen estar en New Directions.

Hemos podido ver la actuación completa de I kissed a girl de Tina, a Kurt y Rachel cantando Popular y a Mercedes dándolo todo en su iglesia.
Ha sido maravilloso ver a Puck y Karosfky haciendo de malotes de nuevo por los pasillos, las excentricidades de Emma Pillsbury con la limpieza, a Burt, padre de Kurt, en su taller…El aroma del Glee de siempre volvía por última vez antes del episodio final.

2009 ha estado protagonizado por los cinco integrantes originales…más Finn. El quarterback no ha estado presente físicamente (
obviamente), pero aunque no lo hayamos visto se notaba su influencia en la serie y en esas cinco personas que fueron lo suficientemente valientes para subirse al escenario y cantar delante del profesor de Español. Finn fue lo bastante amable con Artie, Kurt y los demás como para que los raritos del instituto tuvieran la fuerza suficente para sacar adelante su club de música.

Hemos asistido también al inicio de la enemistad entre Will y Sue, y aunque ella ha estado a punto de salirse con la suya y conseguir que Mr. Schuester decidiera abandonar el instituto y ser contable, al final ha prevalecido la pasión de éste por la enseñanza. Ha ayudado la mano del director Figgins (¡sorpresa!) quien se ha sacado del cajón el inolvidable vídeo con la actuación de Will en sus Nacionales de juventud y, mediante Emma, han conseguido convencerlo de que se quedara. Por supuesto, la actuación de Don’t stop believing ha sido el factor clave. Y es que el episodio no podía terminar de otra manera: con la actuación nº1 de la serie. La actuación que cambió todo y que marcó un precedente en la Historia de la Televisión. Don’t stop believing ha sido la canción de Glee, y en su momento pulverizó todos los records de descarga, de ventas y habidos y por haber.

Y tras este flashback de 43 minutos de duración, pasamos al presente. Dreams come true es el episodio final. Y el título lo dice todo: los sueños de los personajes se han hecho realidad. La serie ha acabado bien, como era de esperar. Mediante varios flashforwards hemos visto que Sue Sylvester se convierte en Vicepresidenta de los Estados Unidos, que Rachel Berry gana un premio Tony, se casa con Jesse St. James y lleva en su vientre el hijo de Kurt y Blaine, quienes siguen felizmente casados. Will se convierte en director del nuevo instituto McKinley dedicado a las artes y, junto a Emma, tiene unos cuantos hijos, Mercedes es telonera de nada menos que Beyoncé, Artie y Tina acaban juntos y Sam se hace cargo de New Directions.

Todo el mundo es feliz. Finalmente Rachel se ha quedado con el que fue su novio traidor del instituto. La única gran pega es que en ningún momento vemos como lo deja con Sam. Simplemente esta relación deja de existir sin ninguna explicación.
Por su parte, Artie y Tina han acabado juntos, cosa que no esperaba en absoluto. Y tampoco mencionan a Mike Chang en ningún momento. Al igual que Puck y Quinn. Suponemos que están juntos lo mismo que Santana y Brittany, que han estado completamente desaparecidas en la series finale. Tampoco me ha molestado mucho esto. Creo que ha sido perfecto que los cinco integrantes originales sean los protagonistas del final junto a Will y Sue Sylvester. En concreto creo que Rachel, Sue y Will (por ese orden) han sido los que han mantenido a flote la serie y especialmente los dos primeros personajes son de lo mejor que ha pasado por televisión.

Rachel Berry y Sue Sylvester son dos personajes que merecen estar en el Top televisivo. Bien construidos, con características y forma de ser muy originales e impecablemente interpretados por dos enormes actrices. Jane Lynch y Lea Michele han dotado a sus personajes de una riqueza que no se ha agotado a lo largo de seis temporadas a pesar de las, a veces, patéticas decisiones de guión. Otros muchos personajes ejem Kurt y Blaine ejem sí se han agotado rápidamente.

Obviamente la forma de ser de una alumna de instituto como Rachel no puede ser la misma que la de una chica joven que trabaja en Broadway y esa evolución se ha notado, igual que una persona cambia con el paso de los años, pero las bases del personaje siempre han estado ahí. Y el trabajo de ambas actrices es digno de admirar.

Los sentimientos han estado a flor de piel a lo largo de todo el episodio final. Especialmente emotivo ha sido el discurso de Rachel al ganar el Tony acordándose de Will, el reencuentro entre Becky y Sue y la escena en la que Will canta Teach your children en la sala del coro. Esta escena es la que mencionaba al principio de la review, la cual fue la última en rodarse, y eso se nota. En la sala del coro se encuentran Rachel, Artie, Tina, Mercedes y Kurt (los originales) junto a Sam, Blaine y Kitty. Ellos fueron los actores elegidos para estar en esa ultimísima grabación de la serie junto a Will. Y ya decía que si Lea Michele llora, todos lloramos. Porque la chica no podía contener las lagrimas, lo mismo que sus compañeros.

Igual ha sucedido con la actuación de This Time, en la que Rachel cantaba visiblemente emocionada sabiendo que era su último solo de la serie, o Mercedes dando su discurso de despedida antes de marcharse del instituto. Muchas escenas que han recordado al episodio “El Quarterback”. Ambos capítulos mostraban ya no a actores interpretando un papel, sino a personas mostrando sus sentimientos. Aquella vez en homenaje a Cory y esta vez despidiéndose de la serie que ha marcado sus vidas para siempre.

Glee se despide con un final féliz para todos sus personajes. Los sueños se hacen realidad aunque hayas sido un incomprendido, te hayan humillado o te hayas sentido raro. Tus deseos pueden conseguirse si trabajas duro como Rachel o eres valiente como Kurt. Glee dice adiós recordándonos que muchas personas pueden sentirse solas y diferentes del resto, pero que siempre hay esperanza, que siempre podemos encontrar una salida. Que hay personas que te quieren por como eres, que la felicidad es posible.

Ese es el último mensaje que deja una serie que fue un fenómeno internacional y que, aunque se haya quedado mucho por el camino, siempre será considerado un gran show televisivo. Los guiones, aunque muchas veces han flojeado, han sido entretenidos y emocionantes cuando los guionistas han querido. Las actuaciones eran dignas del mejor videoclip y las versiones, en muchas ocasiones, han sido mejor que la canción original. Y que decir de los Mash-ups, término que nos enseñó Glee, que supuso un fenómeno musical sin precedentes y que marcó una moda en la industria de la música que aún hoy sigue vigente.

Siempre podremos volver a ver las primeras temporadas, un ejemplo de televisión bien hecha. Una comedia que se convertía en drama por momentos. Una mezcla de risa, llantos y canciones. Glee es una serie especial y ser parte de algo especial te hace especial, como bien dijo Rachel Berry. Así que todos los que hemos disfrutado, sufrido y vivido esta serie en algún momento o de principio a fin, somos especiales. O más bien, según dice la propia Rachel en su discurso en los Tony dando la vuelta a la frase original: Glee es una serie especial porque la ven personas especiales.

Nº 4 This Time

Rachel se despide del instituto entre lagrimas con esta canción escrita por Darren Criss (Blaine)

Nº 3 Winner takes it all

Con esta canción Sue se despide a su manera de Will. Sin palabras, sin decir nada. Sólo cantando. Está claro que por mucho que se hayan odidado y peleado, Sue y Will se quieren y mucho.

Nº 2 I lived

La actuación final. Todos los personajes (o casi todos) que han pasado por la serie. Al estilo Don’t stop believing, la canción que despide la serie, de una enorme banda como es OneRepublic y con una letra muy inspiradora.

Nº 1 Teach your children

I lived hubiera sido la número uno de no ser por el significado de esta canción en esta escena en particular. Con todos los actores con lágrimas en los ojos sabiendo que era la última escena que iban a rodar de Glee. Si no lloras viendo esto y sabiendo el contexto, es que eres un robot desalmado.